Medicina Estética Facial

La Medicina Estética Facial es la disciplina médica que se ocupa de aplicar aquellas técnicas que son más eficaces para embellecer y rejuvenecer el rostro, incluyendo cualquier zona de la cara y, también, el cuello. Sus tratamientos se caracterizan porque son mínimamente invasivos, muy cómodos para el paciente y no conllevan procesos previos o de recuperación. En ningún caso, la Medicina Estética Facial incorpora técnicas quirúrgicas.

Los tratamientos de Medicina Estética Facial se centran en la corrección de determinados rasgos, el equilibrio de volúmenes, la eliminación de arrugas y de manchas e imperfecciones en el cutis.

Otro de sus objetivos principales es la recuperación de la firmeza de los tejidos. Y, también, que la piel luzca con toda su luminosidad y tersura. El resultado final es una imagen más fresca y rejuvenecida. Un rostro más armonioso y atractivo.

La Medicina Estética Facial tiene, además, una cualidad preventiva muy interesante. La aplicación de muchas de estas técnicas retrasa el envejecimiento y potencia la regeneración celular natural. Como son tratamientos no invasivos y sin efectos secundarios, no hay limites, ni riesgos asociados a su uso continuado.

El rostro es una de las zonas en las que las señales del paso del tiempo son más visibles . Pero, no todas las imperfecciones tienen que ver con el envejecimiento. Hay otros factores como el estrés, las agresiones climáticas, la contaminación o los hábitos de vida poco saludables y una alimentación incorrecta que van dejando su huella en la piel. Tampoco se puede olvidar la propia predisposición genética o los cambios hormonales, especialmente, en el caso de las mujeres. O la exposición a los rayos solares, sin la conveniente protección. Todos estos elementos influyen directamente en la aparición de arrugas y manchas, así como en la pérdida de firmeza y luminosidad del cutis u otros problemas asociados al envejecimiento prematuro. Gracias a la Medicina Estética Facial se pueden tratar con eficacia y revertir estas secuelas.

Y, lo que aún es más importante, se pueden prevenir o, al menos, reducir sus efectos. Entre las imperfecciones que se revierten con tratamientos de Medicina Estética Facial destacan las arrugas dinámicas o de expresión, las lesiones cutáneas y las manchas de la piel. También, se eliminan las cicatrices que deja el acné. Y se consigue recuperar firmeza y un tono uniforme del cutis.Finalmente, hay una parte de la medicina Estética que no se ocupa del deterioro del rostro por envejecimiento o agresiones externas. Nos referimos a los tratamientos que permiten mejorar aquellos rasgos que afectan a la armonía o equilibrio facial. Los supuestos más frecuentes tienen que ver con la falta de volumen en determinadas zonas, como los pómulos o los labios. También, se corrigen, sin necesidad de cirugías, el perfil nasal o los antiestéticos párpados caídos.